Ramón y Cajal

Santiago Ramón y Cajal (1852-1934) es uno de los científicos más importantes de todos los tiempos y, sin lugar a dudas, el más destacado de los españoles en una época en la que la ciencia era una de las grandes asignaturas olvidadas de nuestro país, donde imperaba el castizo '¡Que inventen ellos!'. Nacido en Petilla de Aragón, hijo de un humilde médico de pueblo, Ramón y Cajal superó todos los obstáculos para desarrollar una prestigiosa carrera académica y erigirse en uno de los puntales de la ciencia biomédica, hasta recibir el Premio Nobel de Medicina y Fisiología en 1906. Pero su vida no se centró únicamente en la ciencia, sino que participó activamente de las preocupaciones de su tiempo, que estuvieron marcadas por el desastre de 1898, la Primera Guerra Mundial y la crisis que llevó del final de la Restauración a la proclamación de la Segunda República. Testigo lúcido de su tiempo, la selección de pensamientos que reúne este volumen ofrece una amplia perspectiva de sus puntos de vista científicos, políticos, sociales y económicos, que revelan un profundo patriotismo y una honda preocupación por el futuro de España y de Europa.

Santiago Ramón y Cajal (Petilla de Aragón, 1852-Madrid, 1934) fue un médico e investigador español de prestigio internacional. Vivió su infancia entre los continuos cambios de residencia de su padre, médico cirujano, por el que tuvo sus primeros contactos con la medicina. De carácter travieso y curioso, sus primeros años se vieron marcados por el contacto con la naturaleza, el interés por el dibujo y el paso por numerosas escuelas e institutos, hasta recalar en la Universidad de Zaragoza, donde obtuvo la licenciatura en medicina a los 21 años. Durante el servicio militar ingresó en el Cuerpo de Sanidad Militar y en 1874 fue destinado a Cuba con el grado de capitán. A pesar de la gran atracción que sentía por la isla, en especial por su abundante flora tropical, su estancia se vio marcada por las pésimas condiciones de las tropas españolas y por los ataques de paludismo. De regreso a España, inició su carrera académica y obtuvo el doctorado en 1877. En esta época ya se manifestó su vocación científica, alejada de la práctica de la medicina y centrada en el estudio de la histología, que le llevaría a formular la 'doctrina de la neurona'. Fue catedrático de las universidades de Valencia, Barcelona y Complutense de Madrid, además de fundador del Laboratorio de Investigaciones Biológicas (posteriormente Instituto Cajal) y presidente de la Junta para la Ampliación de Estudios. En 1906 compartió con Camillo Golgi el Premio Nobel de Medicina y Fisiología 'en reconocimiento de su trabajo sobre la estructura del sistema nervioso'. Destacado humanista, se le considera el representante más destacado de la llamada Generación de Sabios y es, sin lugar a dudas, el científico español de mayor proyección internacional.